Siete sugerencias para mantener la frescura física, emocional y espiritual.
Por Ray Gilder
En la sociedad de hoy, con sus múltiples demandas de ministerio bi-vocacional, el agotamiento es un tema de preocupación y una posibilidad concreta. Estar agotado no significa una disminución en nuestro compromiso, sino la falta de energía física o emocional para realizarlo. He aquí algunas sugerencias para mantenerse fresco y en forma.
1. Aprender a alimentarse
En las iglesias se pueden oír comentarios acerca de la alimentación del predicador. La comida rápida ha destruido la cintura de muchos ministros y se deben establecer algunos parámetros en la dieta. Enrolarse en una dieta severa no es recomendable. Lo mejor es comer saludablemente: eliminar la comida chatarra, disminuir el consumo de postres e incorporar más frutas y vegetales; no comer entre comidas, tener la cena alrededor de las 7 de la tarde si es posible, y jamás repetir algún plato.
2. Hacer ejercicios de manera regular
La mayoría de los ministros pasa mucho tiempo sentado. Si es posible use las escaleras en lugar del ascensor. Haga una rutina de ejercicios que le guste y pueda cumplir. No se desaliente si algún día no puede realizarla. Sea perseverante. Trate de hacer actividad física por los menos de 3 a 5 veces por semana.
3. Mantener el equilibrio emocional
Todos tenemos un "banco" emocional. Si uno hace extracciones y no depósitos, estaremos "en rojo". Jesús les dijo a sus discípulos que se apartaran un tiempo y descansaran. Si no apartamos un tiempo, seremos apartados nosotros.
4. Aprender a relajarse y a descansar
No es antiespiritual jugar futbol, ir de pesca, ver un partido de beisbol o hacer algo placentero luego de un día de trabajo. Todo esto sirve para disminuir el estrés que se acumula en el ministerio. La mayoría necesita aprender a reírse y a divertirse. Tomar una vacación en familia puede ser una de las mejores cosas que puede hacer por usted y los suyos. Si lo pone en practica será mucho más efectivo cuando regrese a su iglesia y a su trabajo.
5. Tener una lista de prioridades
La mayor fuente de estrés es finalizar el día sin haber terminado todo lo que había planificado hacer. Para evitar esta situación, es bueno comenzar cada día con una lista de prioridades. Coloque los puntos en orden de importancia y tíldelos a medida que los vaya cumpliendo. Inclusive si no hizo todo lo anotado en la lista, al final del día verá con satisfacción lo realizado. Al día siguiente comience su nueva lista con los puntos que no fueron concluidos el día anterior, o bien, nuevamente empiece en orden de importancia. Esto ayudará a estar más organizado y a reducir los niveles de estrés.
6. Tener devocionales personales
Para conservar la frescura espiritual es importante tener sus propios devocionales. La tentación es dedicar todo su tiempo al sermón y a la preparación de la lección, descuidándose así el tiempo de la comunión con el Señor. Si no está espiritualmente fresco su predicación no será vivificante. Es importante que primero alimente su alma.
7. Tener un compañero de oración
Trate de tener un compañero de oración con el que pueda abrir su corazón. Descubrirá que esto es una fuente de ayuda y bendición. Este compañero no necesariamente debe ser miembro de su iglesia. Quizás pueda ser un pastor de otra iglesia que tenga el mismo tipo de presiones que usted. Saber que se cuenta con alguien que intercede por sus problemas le dará mayor confianza y aplomo. .
Por Ray Gilder
En la sociedad de hoy, con sus múltiples demandas de ministerio bi-vocacional, el agotamiento es un tema de preocupación y una posibilidad concreta. Estar agotado no significa una disminución en nuestro compromiso, sino la falta de energía física o emocional para realizarlo. He aquí algunas sugerencias para mantenerse fresco y en forma.
1. Aprender a alimentarse
En las iglesias se pueden oír comentarios acerca de la alimentación del predicador. La comida rápida ha destruido la cintura de muchos ministros y se deben establecer algunos parámetros en la dieta. Enrolarse en una dieta severa no es recomendable. Lo mejor es comer saludablemente: eliminar la comida chatarra, disminuir el consumo de postres e incorporar más frutas y vegetales; no comer entre comidas, tener la cena alrededor de las 7 de la tarde si es posible, y jamás repetir algún plato.
2. Hacer ejercicios de manera regular
La mayoría de los ministros pasa mucho tiempo sentado. Si es posible use las escaleras en lugar del ascensor. Haga una rutina de ejercicios que le guste y pueda cumplir. No se desaliente si algún día no puede realizarla. Sea perseverante. Trate de hacer actividad física por los menos de 3 a 5 veces por semana.
3. Mantener el equilibrio emocional
Todos tenemos un "banco" emocional. Si uno hace extracciones y no depósitos, estaremos "en rojo". Jesús les dijo a sus discípulos que se apartaran un tiempo y descansaran. Si no apartamos un tiempo, seremos apartados nosotros.
4. Aprender a relajarse y a descansar
No es antiespiritual jugar futbol, ir de pesca, ver un partido de beisbol o hacer algo placentero luego de un día de trabajo. Todo esto sirve para disminuir el estrés que se acumula en el ministerio. La mayoría necesita aprender a reírse y a divertirse. Tomar una vacación en familia puede ser una de las mejores cosas que puede hacer por usted y los suyos. Si lo pone en practica será mucho más efectivo cuando regrese a su iglesia y a su trabajo.
5. Tener una lista de prioridades
La mayor fuente de estrés es finalizar el día sin haber terminado todo lo que había planificado hacer. Para evitar esta situación, es bueno comenzar cada día con una lista de prioridades. Coloque los puntos en orden de importancia y tíldelos a medida que los vaya cumpliendo. Inclusive si no hizo todo lo anotado en la lista, al final del día verá con satisfacción lo realizado. Al día siguiente comience su nueva lista con los puntos que no fueron concluidos el día anterior, o bien, nuevamente empiece en orden de importancia. Esto ayudará a estar más organizado y a reducir los niveles de estrés.
6. Tener devocionales personales
Para conservar la frescura espiritual es importante tener sus propios devocionales. La tentación es dedicar todo su tiempo al sermón y a la preparación de la lección, descuidándose así el tiempo de la comunión con el Señor. Si no está espiritualmente fresco su predicación no será vivificante. Es importante que primero alimente su alma.
7. Tener un compañero de oración
Trate de tener un compañero de oración con el que pueda abrir su corazón. Descubrirá que esto es una fuente de ayuda y bendición. Este compañero no necesariamente debe ser miembro de su iglesia. Quizás pueda ser un pastor de otra iglesia que tenga el mismo tipo de presiones que usted. Saber que se cuenta con alguien que intercede por sus problemas le dará mayor confianza y aplomo.
lunes, octubre 09, 2006
Siete sugerencias para mantener la frescura........
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